La vida está hecha de caminos, de idas y venidas; no está hecha de perfección constante sino de aceptar y dejar pasar aquellas cosas que molestan, con paciencia y autocompasión. Las situaciones en nuestra vida se presentan como colores “mixtos”, hay tonalidades claras, otras más fuertes y oscuras; nos enfrentamos a situaciones dolorosas, otras incómodas o molestas, desagradables o incluso “insoportables” pero, así como los colores, también se pueden presentar diferentes tonalidades como lo son, pasar por momentos difíciles y dolorosos pero a la vez, podemos sentir a nuestro lado ayuda, o bien, encontramos alguna actividad como platicar con alguien, escuchar música, escribir, que pudiera ayudarnos a mejorar el momento o la “tonalidad” de los colores.
Cuando nos enfrentamos al reto de enfrentar emociones displacenteras como la tristeza, enojo, frustración o bien, resistirnos a aquellas situaciones imprevistas, dolorosas o incomodas, lo primero que nos enseñan o aprendimos fue “evitar” , no permitirnos sentir, o pensar en aquello que nos resulta incómodo. La lucha constante ante aquello que nos resistimos, nos aleja de lo valioso para nosotros, acercándonos sin darnos cuenta, al sufrimiento; evitar las situaciones dolorosas aumentan el malestar a mediano y a largo plazo.
Aprender a relacionarnos con nuestro mundo interior (pensamientos, emociones) nos permitirá relacionarnos de una manera en que no se magnifique nuestro sufrimiento, creando una vida plena y llena de sentido.
La aceptación implica darle lugar a las sensaciones, emociones y pensamientos “difíciles”, sin intentar controlarlos o evitarlos. Nos invita a decirle que SI a lo que la vida nos presente. La flexibilidad psicológica, nos ayuda a dirigirnos a una vida plena y con sentido, aún y cuando haya dolor.
No somos lo que nos pasa, en vez de enfocarnos en el pasado o en el futuro, podríamos enfocarnos en el presente, en el aquí y ahora. Hay que voltear a ver lo que consideramos valioso o realmente importante para nosotros porque una vida con sentido se guía por nuestros valores, comprometidos a recorrer las veces que sea necesario, el camino en donde está realmente lo que es importante para nosotros.
¿Qué tipo de persona quiero ser?; ¿qué es significativo para mí?; ¿de qué quiero que se trate mi vida?
Lic. Karen Hutchinson
Experta en Trastornos de la Conducta Alimentaria Coordinadora de Psicología